domingo, 3 de junio de 2007

Disfrutar, aceptar y luego intentar cambiar.

Es de lo que se trata. De que aunque haya momentos en que te apetece echar a correr, atravesar campos, mares y llegar a no sé muy bien dónde, tenemos que disfrutrar con los pequeños instantes que nos proporcionan felicidad. Un paseo, una conversación, un pájaro en un charco, un helado...
Aceptar nuestra situación, nuestras limitaciones y pensar que podemos cambiarla. Dejar que nuestro corazón venza a la razón. Es complicado saber cómo, pero alguna pista tenemos que recoger de algún lado, y luego, intentar materializarla.Perseverar en nuestros sueños. Nunca abandonarlos.